El auge del estilo retro no es casual. En tiempos de incertidumbre, muchos buscan refugio en estéticas del pasado que evocan familiaridad, calidez y diversión. Los años 70 y 80, en particular, representan décadas de audacia creativa, mezcla de culturas y ruptura de moldes. Colores saturados, estampas geométricas, materiales plásticos y una estética que va de lo disco a lo kitsch, todo vuelve… pero con un giro más refinado.
La estética de los 70 se caracteriza por una paleta cálida, con tonos tierra, naranjas quemados, verdes oliva y mostaza. Las texturas naturales como la madera oscura, el cuero envejecido, la pana y el terciopelo aportan una sensación de confort retro.
Los estampados geométricos, las curvas en el mobiliario (como los sofás de líneas orgánicas o las sillas tulip) y el uso de plantas de interior —particularmente las de gran tamaño como la monstera o los ficus— refuerzan ese espíritu libre y bohemio que definió la década.
Un truco para incorporar este estilo sin sobrecargar el ambiente es elegir una pieza icónica, como un sillón vintage o una lámpara de pie cromada, y complementarla con elementos neutros.
Mientras que los 70 son cálidos y acogedores, los años 80 son puro atrevimiento. Esta década se caracterizó por una explosión de colores neón, combinaciones contrastantes y formas angulosas. El estilo Memphis, con sus patrones abstractos y su rechazo a las normas del diseño tradicional, es quizás el mejor exponente de la estética ochentosa.
Para traer los 80 a tu casa, podés jugar con elementos como:
Una buena idea es aplicar estos recursos en espacios como el living o el toilette, donde podés permitirte propuestas más osadas.
La clave del éxito al recrear estos estilos está en lograr un equilibrio entre lo retro y lo moderno. No se trata de copiar al pie de la letra una época, sino de reinterpretarla para que conviva con las necesidades actuales.
Algunas ideas para lograrlo:
En cuanto a la arquitectura, el estilo retro se refleja en el uso de formas curvas, ventanales amplios, ladrillos a la vista, terrazas y estructuras abiertas que evocan los diseños residenciales de los 70. En interiores, vuelven los niveles divididos, los desniveles decorativos y los entrepisos que dan dinamismo al espacio.
También se recuperan materiales como el mármol veteado, los azulejos brillantes, e incluso el cielo raso texturado con luces embutidas que eran tan populares en los hogares de clase media en los años 80.